Cundo Isabel cumplía 6 meses de edad y yo 25 años decidimos salir de road Trip para San Juan de los Lagos Jalisco a visitar la iglesia de la virgen de San Juan, llegamos a un hotel donde había un jacuzzi, se nos hizo fácil entrar con los niños… así fue cómo comenzó, comenzó con fiebre muy alta sin foco aparentemente era una infección en la garganta, después de dos doctores fue hospitalizada por primera vez, después de tres días de sentir mi corazón apachurrándome por fin mi niña salía. Estuvimos en casa dos días y al tercero regresó la fiebre, todo el tiempo nos preguntábamos que pasaba si nuestra hija estaba bien, pensábamos cosas muy graves y muchas veces nos atacábamos sin sentido, imaginando tragedias y tratando de sobre llevar la situación.
Recurrimos a unos familiares doctores, quienes nos recomendaron a un pediatra infectólogo, inmediatamente comenzamos a ir con este doctor según de los mejores en Toluca, (ojo no se olviden de esto) estuvimos horas, días, semanas, meses, dónde nuestra hija no podía salir al parque o jugar en el pasto, porque regresaba la fiebre cada episodio se tenía que tratar con un antibiótico llamado invanz (gama de antibióticos muy fuerte) eran de tres a cinco piquetes cada que tenía fiebre esto ya no era vida para mi bebé.
Porque tanta fiebre?
Porque no puede salir a jugar ni tocar nada?
En ese momento yo continuaba dándole pecho solo por las noches porque justo cuando todo esto pasaba, nos mudamos de ciudad, Don Víctor inició un nuevo trabajo, yo ayudándole y regrese a laborar en una empresa, Emiliano entro a un sistema escolarizado todo esto al mismo tiempo. Había días que me derrumbaba que lloraba y lloraba, estaba cansada que todo el mundo me quería decir lo que tenía que hacer con mi hija, no dudaba que fuera ayuda de corazón pero no podía más, seguir escuchando, “ Es que no la cuidas bien, no lo haces bien, no sabes cómo hacerlo” estaba harta de todo…
Cada vez eran más estudios de orina donde habían infecciones en vías urinarias una tras otra… El doctor solo decía que teníamos que cuidarla más, de un momento a otro se nos solicitaron unos estudios muy costosos, para saber que podía ser si era algo en un gen, si mi bebé tenía inmunodeficiencia, si había algo con su adn… pasaban mil cosas por mi cabeza pero siempre tenias que estar “fuerte” y sacar a todos adelante para tus hijos y para tu familia, y si aquí en este momento no había un yo… Yo no podía sentir y mucho menos bajar la guardia.
Decidimos ir a Acapulco con toda la familia así nos despejaríamos y podríamos ver mejor las cosas sobre ese estudio.

Durante nuestra estancia todo fue divertido, a la mañana siguiente antes de regresar a nuestro hogar Isabel comenzó a vomitar todo alimento, esto me parecía raro porque normalmente no vomitaba cuando se enfermaba; cuando regresábamos de noche sobre la carretera decidieron que pararíamos a cenar algo pero me percaté que estaba ardiendo en fiebre y regresamos a casa, de inmediato, le di un baño con agua fría y se estabilizó, esa noche no dormimos nada cómo era costumbre; decidimos que le haríamos una tanda de estudios pero no el más complejo, esa mañana nos trasladamos a la cdmx a los estudios y esa mañana transcurría normal. Hasta que de un momento a otro llegando a casa mi bebé comenzó a ponerse morada y temblando por la fiebre, nos subimos a la camioneta y fueron los 10 minutos más largos para llegar a urgencias, no lo pensamos sólo actuamos, Víctor temblando contaba los minutos del semáforo queriendo pasarlos sin importar nada, yo abrazaba a Isabel y la observaba, en cuanto llegamos corriendo a urgencias me la quitaron de los brazos y la metieron a la tina de agua helada, yo a un lado viéndola cómo lloraba inconsolablemente. Así pasaron las horas y después de estudios, detectaron una sepsis grave en la sangre (infección en la sangre) para una bebe de 11 meses de vida, el doctor dice su estado es delicado y necesitamos que ella ponga todo para recuperarse.
Nosotros apenas si comíamos una vez al día, toda la familia sumaba esfuerzos, cuidaban de mi hijo mayor y nos suplían para darnos un baño, mi esposo y yo no nos despegábamos.
Así la pasaron a un cuarto con todas las medidas por que el doctor estipulaba posible inmunodeficiencia, durante su estancia, no comía nada, la fórmula la vomitaba, todo lo expulsaba y yo tenía apenas unas semanas de haber retirado el pecho, ningún alimento, si no consentía nada tenían que usar una sonda… ese día saqué mi pecho y ese mismo día cómo por arte de magia comencé a producir leche nuevamente, mi cuerpo sabía que mi hija lo necesitaba y entre tantas cosas mi leche fue lo que le dio la fuerza para seguir luchando; así pasó una semana. Para darnos de alta, mi pequeña salía victoriosa de esta, pero había algo más.

El doctor de buenas a primeras nos dijo la verdad no se que tenga su hija, yo no me puedo hacer cargo de la situación, así que les recomiendo ir al INP, Ahí hay grupos de niños que son niños burbuja, ahí los ayudarán.
Nos dejo… nuestro mejor doctor nos dijo que no había nada que hacer que buscáramos por nuestra cuenta.
Sin mentir mi fe en Dios caía cada vez más pues no encontrábamos salidas y pedía y pedía, rezaba y oraba pero parecía que nada funcionaba.
Así fue al día siguiente a las 5 am estaba formada en el instituto nacional de pediatría para obtener un lugar y revisarán a nuestra bebé, pero cómo necesitábamos una recomendación de un hospital público me dejaron hasta el último con bebé en brazos me espere hasta que ingresamos al primer filtro.
La doctora me dijo te voy a pasar a inmunología para que la revisen pero será difícil que obtengas tu carnet por qué no vienes de una institución pública.
Pase Con los inmunologos, y platicarles todo lo que habíamos pasado me dijeron porque tantos estudios de orina y urocultivos, tu doctor no se dio cuenta que esto puede ser de vías urinarias? Así que me mandaron a urología, subí las escaleras en friega con mi bebé en el fular, y me dijeron, ya se fueron venga mañana, baje las escaleras y así regresamos al día siguiente para solicitar una cita y me dijeran que mi cita era para el 21 de Mayo, pero pero, estamos a 3 de marzo, lo siento señorita así es esto, les expliqué que mi hija en cualquier momento recaería que necesitaba ayuda y me dijeron si vuelve a tener lo mismo entre por urgencias y ahí la ayudaran.
Triste y sin más publique una historia en mi cuenta de Instagram y Daphne una niña con la que llevaba platicando algún tiempo me recomendó a su pediatra, que había estado muchos años en el nacional de pediatría, ella le había platicado nuestra situación, y ya nos esperaba. Fuimos a consulta y gracias a dios al universo y a la virgen María, y a Daphne nos contacto directamente con el urólogo que está dentro del Nacional de pediatría.
Al día siguiente nos recibió, llevamos todos los estudios e inmediatamente dijo necesito un estudio; bajen a imagenologia, todo los minutos contaban, y con el estudio en mano nos dijo sin titubear, tiene un reflujo vesicoureteral de ambos ureteres lo que tenemos que hacer es reimplantar los ureteres en la vejiga, que quiere decir que de nacimiento estos ureteres, los conductos que llevan la orina a la vejiga estaban mal implantados, esto se pudo detectar en el embarazo si, pero nadie lo noto.
Pero la historia aún no terminaba, el doctor solicitaba un último estudio, algo complejo para la edad de mi bebé pero, teníamos que saber el grado de afectación en sus riñones, cómo estos se contaminaban una y otra vez con la orina que regresaba los dañaba poco a poco, y nos dijo.
- Si sus riñones están muy dañados no podremos hacer nada, mi corazón se hizo garras una vez más
Al escucharlo fue como un balde de agua helada, cómo? Que haremos con mi bebé? Solo nos dijo esperemos los resultados y ya veremos.
Al día siguiente hicimos ese estudio, se le colocó un medio de contraste, y en cuestión de horas teníamos el resultado en nuestras manos. Uno de sus riñones trabajaba al 60% y otro al 30% teníamos que actuar rápido. Tenía que ser operada.
Afortunadamente los riñones son el único órgano que se regenera así que mi bebé aún estaría bien. Seguíamos rezando y pidiéndole a Dios, que esto terminara. Los días pasaban muy rápido, pedíamos que no volviera una infección, los minutos eran oro. Programamos la cirugía de Isabel; y para no hacerles más larga esta historia, entro a cirugía con un poco de fiebre pues los doctores se aventuraron a operar cuanto antes.

Justo en su cumpleaños número 1 me despedía con un beso para verla entrar a un quirófano, confiando en Dios y en la virgen María que todo saldría bien. Tenía miedo, estaba espantada. Sentía un hueco en mi estómago, los minutos pasaron y Así recibía a mi pequeña bebé de un año casi cumplido llena de tubos y poniéndole oxígeno en su naricita, no sabía cómo cargarla me daba miedo lastimarla, me dio miedo verla ahí tan chiquita, tan inocente, tan frágil en esa cama enorme, quería llorar, quería gritar, quería desvanecerme, quería verla bien. Y ahí estaba yo dándole fuerza. A ese ser que se aferró a la vida muchas veces.
…


Al estar en casa, al día siguiente ella ya gateaba como si nada hubiera pasado, los días pasaron y su pequeño cuerpecito supo sanar todo.
Que hoy por hoy la veo, tan ella, tan feliz, tan sana, tan alegre tan llena de vida que no pude imaginar cómo pasamos por esos momentos llenos de dolor, llantos y miedo.
Así que todos los días le agradezco a Dios y a la virgen por no dejarme perder la fe, que nos unió, que supimos tomar las decisiones correctas, que nuestro hogar volvió a la vida después de esto.
Las abrazo con el corazón y gracias por leer

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